Se estima que el turismo generó en 2015 más de 250 millones de euros; sin embargo, aporta un magro 1,5 por ciento de la renta per cápita. Así, el turismo puede ser importante en términos de ingresos de divisas, pero contribuye poco a los medios de vida de la mayor parte de la población local.
El desarrollo del turismo ha restringido el acceso a la tierra y el mar para las comunidades locales. Además, algunos hoteles de lujo han restringido el acceso a la playa local, lo que causa dificultades económicas a las mujeres que trabajan en el cultivo de las algas. Esto empuja a las comunidades locales a cosechar más árboles con el fin de incrementar las áreas agrícolas.
De los 412 km de costa de Unguja, sólo el 26% es costa arenosa, que permite el desarrollo de actividades como la pesca y el cultivo de algas. La deforestación también se ha visto agravada por el hecho de que el precio de la tierra cerca de la costa ha aumentado como resultado de la entrada de inversores extranjeros ricos en el mercado del turismo.
A pesar de la tendencia de crecimiento constante del número de turistas, Zanzíbar también ha experimentado caídas notables en 1994, 2000, 2003 y 2008. Los brotes de violencia política, los efectos de la recesión económica en Europa y Norte América (los principales orígenes de los turistas) y epidemias en otros países africanos (incluso lejanos, como en el caso del ébola en África Occidental) son las causas de repentinas bajadas de llegadas, que ponen en jaque a la economía del país.
Sin embargo, el turismo en Zanzíbar es altamente estacional, y durante la época de lluvias -de abril a junio- existe una bajada significativa del número de turistas. Durante el período 2004-2009 sólo el 11,5% del número total de turistas visitaron las islas durante la época de lluvias (el porcentaje promedio de estos años), mientras que el período más popular va de julio a septiembre.
El salario de un trabajador de la hostelería raras veces supera los 200 dólares, mucho menos de lo que cuesta una noche en una habitación en la gran mayoría de los establecimientos de gama alta de la costa.
En las islas, el agua se obtiene de tres fuentes principales: perforación de pozos en los acuíferos subterráneos (81%), manantiales naturales (13%) y pozos poco profundos locales (6%). Ya hay signos claros de sobreexplotación de los acuíferos de agua dulce, con indicaciones de intrusión de agua salada en algunas zonas.
El este y el norte de Zanzíbar, donde se han construido la mayoría de los grandes hoteles, se caracterizan por la escasez de agua. Los hogares de las aldeas consumen unos 93,2 litros por día, mientras que el consumo medio por habitación varía desde los 686 litros por día en una guesthouse hasta los 3.195 por día en los hoteles de 5 estrellas.
Hoy en día los hoteles se ocupan de sus problemas de basura de las siguientes formas: a) se excavan agujeros en las playas donde se entierran las botellas de plástico con las algas marinas; b) se contrata a empresas para recoger la basura de los hoteles, aunque los administradores y propietarios de los hoteles son conscientes de que va a terminar en los vertederos del bosque o en el mar; c) una parte de la basura -incluyendo los plásticos- se quema en la parte posterior de los hoteles; e) se tira en los alrededores de las zonas residenciales y pueblos.
Según su propio informe, Zanrec afirma haber recolectado y gestionado basura de los hoteles equivalente al peso de 13.062 elefantes africanos. De esta cantidad, 500 toneladas eran de papel, que ha permitido salvar 8.500 arboles. Sin embargo, muchos hoteleros se quejan de que los precios ofrecidos por el servicio por parte de Zanrec son demasiado altos.
En una encuesta realizada en 2013 por el Royal Institute of Technology de Suecia, 4 de cada 5 turistas afirman que no volverían a Zanzíbar debido a la basura que encontraron durante sus vacaciones. Los residuos y la basura son la causa de 1 de cada 3 reclamaciones hechas por los turistas.
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Ideación, producción y edición periodística:
Angelo Attanasio
Fotos, vídeos y vídeos 360º:
Edu Ponces/RUIDO Photo (Tailandia), Toni Arnau/RUIDO Photo (Zanzibar), Pau Coll/RUIDO Photo (República Dominicana)
Edición fotos:
RUIDO Photo
Textos y entrevistas:
Angelo Attanasio
Edición vídeos y vídeo-entrevistas:
Angelo Attanasio, Anna Achón
Edición vídeos 360º:
Toni Arnau/RUIDO Photo
Diseño arquitectura interactiva y gamificación:
Eva Domínguez
Asesoría científica en ámbito turístico:
Antonio Paolo Russo
Definición, diseño creativo y desarrollo:
Música y Efectos sonoros:
Music Library & Sounds FX, Banco de sonidos
Temas musicales:
“Indonesian Story”, Christophe Goze; “Cape Town Hoedown”, Sonia Slany/Paul Clarvis; “Viva Latina 2”, Barrie Gledden/Chris Bussey
Realización en colaboración con los profesores y las alumnas del curso “Nuevas Narrativas: Documental Interactivo y Transmedia”, organizado por:
DOCS Barcelona School
Joan Gonzàlez (Director), Arnau Gifreu (coordinador); Cynthia Rodríguez, Lucia Sances, Júlia Canosa Serra, Marisa Lafuente.
Agradecimientos:
Alba Solé Borrull, Chootima Longjit, Aino Tanhua & Khamis Rashid (Colors of Zanzibar), Michela Izzo, María Cilleros, Juan Luis Sánchez, Esther Alonso, Arturo Olea, Alberto Macchioni, Yago Santos, Stefan Gössling, ECPAT International.
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Proyecto realizado con ayuda del
European Journalism Centre and the Innovation in Development Reporting Grant Programme.